La Unidad Hemisférica: Desafíos QBRN de México y Cooperación Regional  

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Por Jorge Francisco de la Lama Rebollo

Representante Permanente Alterno de México ante la OPAQ, Jorge Francisco de la Lama Rebollo, explica los desafíos únicos de QBRN que enfrenta México y el imperativo de la cooperación regional para hacerles frente.

 La situación internacional actual está marcada por una serie de riesgos y amenazas globales sin precedentes. En todas las regiones hay presencia de actores no estatales que podrían provocar incidentes Químicos, Biológicos, Radiológicos y Nucleares (QBRN), lo que plantea la necesidad de llevar a cabo esfuerzos colaborativos, a nivel mundial y regional.  

México, en particular, enfrenta a desafíos únicos en el ámbito de la preparación QBRN. Para abordar de manera efectiva estas preocupaciones, es imperativo que trace un camino de cooperación regional en el Hemisferio Occidental, promoviendo un compromiso colectivo para mitigar los riesgos asociados con los incidentes QBRN. Este artículo tiene como propósito destacar los desafíos que enfrenta México en este ámbito, evaluar su nivel actual de preparación, y abogar por una mayor colaboración entre las naciones del Continente Americano, haciendo hincapié en la importancia de una perspectiva académica para formular soluciones sostenibles a corto, mediano y largo plazo. 

Los Desafíos QBRN para México 

La ubicación geográfica de México y su paisaje socioeconómico plantean una serie de desafíos significativos en el ámbito QBRN. México y Estados Unidos comparten una frontera de 3 mil kilómetros que es la más activa del mundo y en la que reside una población combinada de aproximadamente 15 millones de personas. Tan solo en 2022, el Departamento de Transporte de Estados Unidos (DoT, por sus siglas en inglés) registró – a través de los 53 Puertos de Entrada – casi 224 millones de cruces de personas, vehículos particulares, camiones de transporte de carga y de pasajeros, así como de trenes. La anterior cifra no incluye a los casi 60 millones de pasajeros que viajaron a través de México en avión.  En este contexto, el tráfico ilícito de materiales peligrosos, la presencia activa de la Delincuencia Organizada Transnacional (DOT), así como la amenaza que representa el bioterrorismo subrayan la necesidad de que el Gobierno de México y sus socios regionales implementen una respuesta sólida y adaptativa para enfrentar la posibilidad de un incidente QBRN. 

Desafortunadamente, México tiene fronteras porosas, particularmente en el sur de su territorio y en sus principales puertos, que lo hacen vulnerable al tráfico ilícito de materiales QBRN, lo que representa una amenaza significativa para la seguridad nacional y regional. El movimiento clandestino de estos materiales no solo pone en peligro a México, sino que también puede afectar a los países vecinos. Es crucial continuar mejorando la cooperación y la coordinación para fortalecer la seguridad fronteriza, compartir inteligencia estratégica y táctica-operativa, así como mejorar las capacidades de intercepción. 

El potencial de la DOT para materializar amenazas QBRN añade complejidad al panorama de seguridad de México. El riesgo de que las organizaciones delictivas tengan acceso a materiales QBRN y los comercialicen ilegalmente exige una estrategia proactiva y transversal que combine esfuerzos de aplicación de la ley con medidas preventivas y de cooperación internacional.

IMSS Centro Toxicológico y de Monitoreo QBRN, © gob.mx

Preparación QBRN Actual de México 

México ha tomado diversas medidas para hacer frente a las amenazas QBRN; sin embargo, necesita un enfoque más completo y colaborativo. Aunque ha establecido el Sistema Nacional de Protección Civil e invertido en equipos de respuesta especializados, la naturaleza dinámica de las amenazas QBRN demanda una evaluación continua, una mayor adaptación, asignación de recursos financieros suficientes y una mejora continua. 

México ha avanzado significativamente en el desarrollo de su legislación nacional y los marcos institucionales para abordar las amenazas QBRN. La Ley General de Protección Civil y la Ley de Seguridad Nacional sientan las bases para una respuesta coordinada. Empero, la efectividad de estas medidas depende de su implementación, ejecución y evaluación periódica. 

Las autoridades mexicanas han invertido en el desarrollo de capacidades de respuesta especializadas, como la Unidad Nacional de Respuesta para Incidentes QBRN, pero es esencial que continúen con el entrenamiento continuo, la modernización del equipo y la realización de ejercicios basados en escenarios para garantizar una preparación efectiva. La colaboración particularmente en términos de capacitación, con socios y organismos internacionales, especialmente aquellos con experiencia avanzada, como Estados Unidos y Canadá, y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), puede contribuir a mejorar aún más las capacidades de respuesta de México.

© Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ)

El Imperativo de la Cooperación Regional

Dada la naturaleza transfronteriza de las amenazas QBRN, ninguna nación puede enfrentar sola estos desafíos de manera efectiva. Es esencial que los Estados miembros del Sistema Interamericano se unan en un esfuerzo colectivo, tal y como lo han hecho México y Estados Unidos a través de programas de cooperación como “Fuerzas Amigas”, para fortalecer la región contra los incidentes QBRN. En esta esfera, además del enfoque gubernamental, la perspectiva proveniente del ámbito académico o de los think tanks, puede servir como base intelectual para esta colaboración, al fomentar la innovación, el intercambio de conocimientos, las buenas prácticas y los esfuerzos conjuntos de investigación.

SEDENA y la Conferencia de Ejércitos Americanos, © sedena.gob.mx

Establecer una red regional de instituciones académicas y think tanks especializados en temas de seguridad, con enfoque en estudios QBRN, puede facilitar el intercambio de conocimientos, hallazgos de investigación y mejores prácticas. Iniciativas de investigación que promuevan la colaboración entre instituciones también pueden contribuir al desarrollo de tecnologías innovadoras, estrategias y al diseño de políticas públicas para abordar las amenazas QBRN en el contexto hemisférico, particularmente a través del Comité Interamericano contra el Terrorismo (CICTE). 

La implementación de programas conjuntos de capacitación para socorristas y personal de gestión de emergencias en el continente Americano tiene el potencial de mejorar significativamente las capacidades regionales. A través de ejercicios de entrenamiento, simulaciones y talleres se puede establecer una plataforma efectiva para compartir experiencias, aprender de las fortalezas de los demás y construir un marco de respuesta cohesivo. 

Tal vez valdría la pena incluso pensar en el establecimiento de una fuerza de tarea de inteligencia regional para enfrentar los riesgos y amenazas QBRN. 

Conclusiones y Apuntes Sobre el Camino a Seguir 

Los desafíos QBRN de México exigen un enfoque holístico y colaborativo que trascienda sus fronteras. El llamado a la cooperación regional no es solo una respuesta pragmática a amenazas compartidas, sino también representa una oportunidad para fortalecer los lazos diplomáticos, fomentar la buena voluntad y construir una comunidad hemisférica cada vez más resiliente. 

Beneficios de la Cooperación Diplomática 

La colaboración en la gestión de los desafíos QBRN puede actuar como un puente diplomático, fomentando la confianza mutua y la comprensión entre las naciones del Hemisferio Occidental. Al construir un frente unido ante amenazas compartidas, los países del continente pueden contribuir a la creación de una región más estable y segura.

Ejercicio Fuerzas Amigas México-Estados Unidos, © U.S. Army 

El Papel de los Organismos Internacionales 

La participación de las organizaciones internacionales, como la Organización de los Estados Americanos (OEA), a través del CICTE, y las Naciones Unidas (ONU), puede amplificar el impacto de la cooperación regional. Estas organizaciones multilaterales pueden ofrecer respaldo financiero, experiencia y coordinación, fortaleciendo aún más la efectividad de los esfuerzos colaborativos y la cooperación regional y multilateral. 

En conclusión, abordar los desafíos QBRN de México requiere una respuesta integral basada en la cooperación regional y una perspectiva académica. Al aprovechar el conocimiento colectivo, los recursos y la experiencia, las naciones del hemisferio pueden construir una defensa resiliente contra las amenazas QBRN, contribuyendo a un futuro más seguro para toda la región. El momento para la cooperación es ahora; una América unida no solo es un imperativo estratégico, sino también un testimonio de la fortaleza que proviene del compromiso compartido y la colaboración frente a desafíos comunes. 

El presente artículo refleja únicamente la opinión de quien lo escribe a título personal y no representa la posición del Gobierno de México sobre los temas abordados en el texto.

Jorge Francisco de la Lama Rebollo es Consejero en la Embajada de México en los Países Bajos, y es el Representante Permanente Alterno de México ante la OPAQ. El autor se ha desempeñado en temas vinculados con la cooperación sobre seguridad, seguridad nacional y el desarme, entre otros. Es autor del libro “La Seguridad Hemisférica a fin de siglo: el nuevo concepto de Seguridad Hemisférica Cooperativa. Santiago, Chile. FLACSO-Chile, Woodrow Wilson Center, 1998. 104 pp. (Colección Paz y Seguridad en las Américas) ISBN: 956-205-115-3 

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