Innovación para el desminado humanitario y su posible aplicación en otras áreas

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Por el Tte. Crl. Alejandro Pérez Álvarez, Director de Desarme y Desminado, Gerente de Operaciones, Campaña Colombiana Contras Minas (CCCM).

El trabajo de un desminador

El conflicto entre naciones o interno, con guerras convencionales o las recientemente protagonistas guerras híbridas, son elementos a tener en cuenta ya que, aunque no tenga mucha cobertura, se encuentra presente en un sin número de países, ya sea por ideologías, cultivos de uso ilícito, represión, autoritarismo e incluso por razones religiosas y culturales.

Desde principios del siglo 20, el ingenio humano creó las minas antipersona y anti-vehículos, con el objetivo de mermar la fuerza del oponente, encausar su avance, defender posiciones o impedir el acceso a objetivos de valor.

Con un mundo que busca la paz, pese a que los conflictos continúan y se incrementan, hay esfuerzos por mitigar el daño que estos artefactos generan principalmente a la población civil. Se han desarrollado un sin fin de elementos para poder lograrlo, habiendo actualmente proyectos relativos a detección de artefactos explosivos a través de satélites, proyectos implementando predicciones a través de inteligencia artificial, etc.

Pese a ese esfuerzo, el “amigo” inseparable de un desminador sigue siendo el detector de metales que, desde los primeros atisbos de uno por parte de Alexander Graham Bell en el año 1881 (para localizar una bala del entonces presidente tiroteado James Garfield en un atentado) hasta hoy no ha evolucionado demasiado. Su principio básico es la inducción electromagnética para que una onda rebote en un metal, sea procesado y finalmente suene para indicar que hay un metal presente.

No obstante se han desarrollado mejoras, tales como luces, vibración, aislamiento del ruido, silencio del espectro electromagnético circundante para que no interfiera en la detección, calibración ante presencia de suelos mineralizados, resistencia al agua, etc.

Un desminador en Colombia, en promedio, opera en un ambiente tropical con topografía semi-ondulada y vegetación selvática, a temperatura promedio de 30 grados y humedad del 80%. También puede encontrar artefactos explosivos improvisados (IEDs), parecidos a las minas. El desminador puede avanzar 12 m2diariamente, considerando contaminación metálica las latas, clavos, chatarra, etc. 

El Detector Iónico Digital Olfativo 

La pregunta es, ¿cómo ser más eficientes?, ¿cómo diseñar una herramienta que me de la certeza para poder discriminar metales que revistan peligro de metales inocuos? La respuesta es obvia: se requiere de un radar de penetración profunda (GPR) que muestre la imagen de lo que estoy detectando en una pantalla que, a su vez, detecte contenido metálico y que además detecte presencia de explosivo o no en lo detectado. Esa sería la herramienta ideal para un desminador, por la seguridad que proporciona al usuario y por la eficiencia que otorgaría. Fácilmente el avance mencionado diario de un desminador se podría triplicar y, en consecuencia, el costo de la operación se reduciría, así como el tiempo de la operación, multiplicando las donaciones.

La Organización Campaña Colombiana Contra Minas se encuentra en permanente búsqueda y apoyo a nuevas tecnologías, otorgando espacios de prueba reales. En la actualidad nos encontramos trabajando con el ingeniero Miguel García Lozada (Colombia), desarrollador de un Detector Iónico Digital Olfativo (DIDO), herramienta que consiste en una serie de sensores inteligentes cuyo fin es detectar y discriminar iones de compuestos gaseosos presentes en un entorno y cuantificarlos en partes por millón (ppm), en una escala de porcentaje visualizada en una pantalla de teléfono. Su particularidad es la de “aprender y almacenar” en una biblioteca de “olores” lo descubierto para poder descifrar en presencia de que químico nos encontramos.

Esta herramienta permitirá operar en condiciones de hermetismo con artefactos explosivos tales como minas antipersonal convencionales y también con IEDs cuya hermeticidad jamás es de un 100%. En paralelo, da pie para estudios de empleo en trabajos de rescate y emergencias, pudiendo detectar cuerpos en descomposición, ser aplicable al área de la salud, pudiendo detectar la reacción del cuerpo ante determinadas enfermedades. Siendo soñadores se podría detectar incluso el cáncer en minutos.

“En la actualidad nos encontramos trabajando con el ingeniero Miguel García Lozada (Colombia), desarrollador de un Detector Iónico Digital Olfativo (DIDO), herramienta que consiste en una serie de sensores inteligentes cuyo fin es detectar y discriminar iones de compuestos gaseosos presentes en un entorno y cuantificarlos en partes por millón (ppm), en una escala de porcentaje visualizada en una pantalla de teléfono”.

En el área de las amenazas biológicas, perfectamente podría adaptarse o, más bien se le puede enseñar a detectar amenazas biológicas. En el área ambiental podría detectar gases nocivos; también en el área de la minería, en las minas de perforación. Antinarcóticos sería otro de sus usos, pudiéndose detectar cualquier sustancia ilícita en aeropuertos, terminales o simples inspecciones y, en el área de manejo de alimentos detectar elementos en descomposición, componentes presentes en restaurantes nocivos para la salud, etc. 

No solo para el desminado sino para un gran espectro en todos los campos podría utilizarse esta tecnología, y todo ello teniendo en cuenta que la aparición de mejores sensores obviamente harán que este ingenio vaya creciendo y superándose a medida que el tiempo pase.

Dispositivo DIDO (Detector Iónico Digital de Olores), en proceso de detección sobre un envase de C-4
©Campaña Colombiana Contras Minas (CCCM)

¿Qué nos espera? 

Ya sabemos que se han desarrollado “narices electrónicas” (las llamadas e-nose), pero bajo funcionamiento por sensores y no por haces de laser, que rebotan en moléculas dando información poco precisa, y a nivel partículas por millón. Es por tanto un esfuerzo que se debe realizar porque sus beneficios en materia de seguridad son casi ilimitados.

Sin ánimo de dejar de lado a nuestros fieles compañeros caninos, que aunque ayuden tienen sus limitaciones y elevado costo de mantenimiento, este artefacto ocupará en algún momento su lugar.

La Campaña Colombiana Contra Minas también se encuentra trabajando conjuntamente con la Universidad de Tohoku, Japón en la implementación de un GPR (ALIS), poniéndolo en campos de prueba en terreno real con presencia de artefactos explosivos, que tiene la particularidad de ser un detector de metales que puede variar a GPR, con potencia de penetración a 60 cms. y por capas. Esto otorga en pantalla una visión de la forma de lo que se está detectando y de su contenido estimado que puede albergar en caso de ser un contenedor, lo que prácticamente da al desminador observación bajo tierra incluso sin que el artefacto contenga metal.

Este GPR/detector entraría en funcionamiento en nuestra organización, luego de un año de pruebas, a partir de 2023 dado a los excelentes resultados obtenidos y, con lo que esperamos convertir los 12 metros por desminados a tal vez 24.

Sigamos progresando

Con todo lo anteriormente expuesto, el desarrollo permanente de nuevas tecnologías en el ámbito de la seguridad debe tener preponderancia debido a que en caso de aumentar los conflictos el avance en desminado en el mundo se verá seriamente afectado. La aspiración a un mundo sin minas sería un sueño que se prolongaría en el tiempo sin un límite definido para concretarse. Necesitamos ser más rápidos sin olvidarnos de la seguridad del personal y entonces, tal vez, el día de mañana podamos integrar estas dos herramientas para tener el dispositivo ideal y lograr triplicar la eficiencia en desminado y liberación de tierras.

Desde nuestra área, llamamos a todos los sectores a dar espacio a la innovación, llamamos a unirnos en la búsqueda de soluciones y compartir experiencias con desarrollos que han resultado en nuestras áreas ya que, si ha servido para ese sector en específico, lo más cierto es que pueda servir en otro ámbito y estos son los espacios para poder unirnos en este esfuerzo.

A día de hoy, por la convulsión mundial que se vive, se vislumbra un futuro borroso, no muy definido e incierto donde ciertamente se requiere de personas que sueñen, que ideen y lideren la innovación en todo el espectro de nuestros trabajo. Todo ello con el fin de optimizar todos nuestros procesos y adoptar el nivel de eficiencia que las situaciones ameriten bajo los parámetros de seguridad pertinentes y con la calidad óptima que, quienes trabajamos en virtud de salvar personas, sabemos se necesita para nuestra labor.

Nuestra Organización Campaña Colombiana Contra Minas continuará impulsando este tipo de desarrollos, compartiendo nuestros logros y por supuesto, continuaremos con nuestra labor de Desminado Humanitario y buscando un mejor futuro para todo el mundo.

About the author:

El Teniente Coronel Alejandro Pérez Álvarez pertenece al Ejército de Chile y es ingeniero militar. Es el Director de Operaciones de la Campaña Colombiana Contra Minas desde 2018 hasta la fecha presente, además de experto en Explosivos y Campos Minados y EOD. Entre sus cargos previos destaca el de Monitor internacional (JID) de Desminado Humanitario Misión MARMINAS (desminado en Ecuador/Perú) en 2010.

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