Emergencias con Materiales Peligrosos y agentes NBQRe

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La metodología del Centro de Información Química (CINQUI) en América latina

Por HME José Zea Agüero, Presidente y fundador, CINQUI, Perú.

HME José Zea Agüero nos da las claves de cómo el CINQUI organiza simulacros para mejorar las capacidades NBQRe de la región.

Con el pasar de los años y el progreso de la humanidad, el desarrollo tecnológico y el constante crecimiento tanto de la industria química, así como la gran demanda de insumos químicos por actividades mineras, hidrocarburos y agropecuarias en la región, generan mayor exposición directa e indirecta al ser humano que se encuentra ligado a todo el proceso de vida de estos materiales.

Actividades como la investigación, desarrollo, manipulación, transporte, almacenamiento, respuesta a emergencias y disposición final de residuos, son los posibles escenarios que podríamos encontrar cuando estos residuos sean liberados de manera fortuita o intencional, causando daños a las personas, propiedad y el medio ambiente.

El impacto generado por un incidente, emergencia o desastre con materiales peligrosos está íntimamente ligado a muchos factores tales como la estructura íntima de la materia, sus propiedades, tipos de contendedores (estandarizados o no), condiciones adecuadas, planeamiento especializado predictivo, entrenamiento de respuesta emergencias con materiales peligrosos, etc.

©CINQUI

Hasta el día de hoy, en el mundo existen aproximadamente más de 200 millones de productos químicos y más de 60 millones de secuencias químicas. De este gran universo, debemos considerar aquellos que son catalogados y denominados por Naciones Unidas como materiales peligrosos. Aquí es necesaria una aclaración: no todos los materiales químicos son catalogados peligrosos, sin embargo, como dijo el médico y alquimista Paracelso, “la toxicidad de un material depende de la concentración del mismo”. Particularmente agrego a esto que también dependerá de las condiciones físicas del entorno y filosofía de prevención y seguridad de la entidad que los manipula.  

En mi experiencia visitando los distintos equipos nacionales de respuesta a emergencias matpel NBQRe en América latina, pude observar la gran influencia de las instituciones internacionales orientadas a construir capacidades como la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que brindaron en algunos casos las bases y en otros complementando lo ya existente en lo relacionado a la adecuada formación y gestión de estas entidades de respuesta. Todo ello orientando a estos países en los fundamentos de   seguridad, prevención y respuesta especializada (los llamados matpel NBQRe) que luego gradualmente fue aplicada en sus  áreas locales, regionales y nacionales.

A lo largo de estos 25 años, junto a expertos, especialistas y técnicos congregados por el Centro de Información Química (CINQUI), ponemos en comun las formas más adecuadas de instalar e implementar una correcta y segura estructura de gestión de eventos relacionados con materiales peligrosos, estableciendo algunos hitos como el previo desarrollo de un  estudio de línea base, que no es más que la foto inicial de lo que en ese momento se está desarrollando. A continuación realizamos dos preguntas: ¿Con qué recursos logísticos y humanos se cuentan? ¿Cuál es su condición, situación geográfica y geopolítica?

Posteriormente llevamos a cabo el análisis de riesgos, que implica conocer el área de estudio, es decir, entender cuáles son los principales peligros y riesgos para poder modular su impacto frente a un conjunto de posibles eventos no deseados.

Como tercera etapa tenemos el desarrollo de los planes de contingencias. Aunque existan planes de seguridad, de operación y de emergencias, es necesario contar con un gran plan que nos cubra frente a eventos potenciales como la falta o escasa cantidad y calidad de recursos, la limitada disposición de personal y/o contexto social. Si contamos con un plan de contingencia, tendremos la ruta adecuada para ofrecer una respuesta acorde a las necesidades.

“En CINQUI ponemos en comun las formas más adecuadas de instalar e implementar una correcta y segura estructura de gestión de eventos relacionados con materiales peligrosos, estableciendo algunos hitos como el previo desarrollo de un  estudio de línea base”
©CINQUI

Tan importante como las tres primeras etapas, es la de capacitación y entrenamiento, la misma que será desarrollada de manera óptima, tras haber realizado todo el proceso anteriormente descrito. Por tanto, haber sido rigurosos previamente nos beneficiará en la creación de un currículo pertinente y acorde a las necesidades de la industria. 

Para la creación de este plan curricular, es indispensable tener en cuenta la información de riesgos, peligros, recursos y capacidades de respuesta, no solo interna, sino también externos (locales, regionales, nacionales e internacionales). Asímismo, el lenguaje estandarizado permitirá la interacción con otros organismos externos. 

En pocas palabras, un buen plan de capacitación y entrenamiento, debe contemplar: 

  • El desarrollo de habilidades tanto intelectuales como motoras finas y gruesas
  • Comprensión y uso de sistemas de reconocimientos e identificación
  • Uso e interpretación de tecnologías de detección, monitoreo e identificación.
  • Instalación de sistemas de descontaminación técnica y masiva
  • Equipamiento de protección personal, sistema de comando, comunicación y control de emergencias, etc.

Una vez concluida esta etapa, debemos considerar el desarrollo de simulaciones y simulacros, los mismos que deberán estar acorde con las herramientas planteadas al inicio de este artículo.

El fin principal de esta última etapa es el poder probar, de forma real y efectiva, si todo lo planificado, creado y desarrollado en los planes iniciales y el entrenamiento, funcionarán en el momento de la emergencia.

Para esto, una simulación implica el desarrollo de herramientas que incluyen procedimientos, protocolos, planes y formularios que organicen una respuesta simulada en un salón frente a un caso hipotético con área geográfica, recursos logísticos y humanos previamente consignados en un manual o guía que permita al participante una libertad de decisión circunscrita a una cantidad limitada de recursos, haciendo este parámetro lo más real durante el ejercicio.

Los simulacros deben ser opinados e inopinados (con previo aviso y sin aviso), esto nos permite analizar la real capacidad de respuesta no solo al nivel estratégico sino también táctico y operativo en situaciones de emergencia. 

Una evaluación seria del simulacro nos permitirá reconocer si realmente los recursos disponibles pueden responder a necesidades inmediatas y hasta qué punto pueden cubrir los eventos no deseados ya estimados en los análisis de riesgo. Asímismo, nos ayudará a verificar si lo escrito en el plan de contingencias va acorde a lo que se tiene y, si después de todo, será efectivo durante la emergencia. 

©CINQUI

Cada etapa, una sobre otra, cumple un rol fundamental que de ser omitida traería consecuencias negativas para vuestra seguridad, la de sus colaboradores y la del medioambiente. Es por tanto imprescindible dotarse de un equipo especializado que guíe con rigurosidad y eficiencia a cada una.

Esta es la Metodología que el CINQUI pone en práctica y desarrolla para la región Latinoamérica a través del desarrollo de convenios, entrenamientos y reuniones regionales orientadas a estandarizar las buenas prácticas de prevención y respuesta especializada con materiales peligrosos así como la difusión de nuevas tecnologías para  mitigar, controlar las emergencias y proteger al personal de respuesta.

About the author:

HME José Zea Agüero, Presidente Fundador y director del Centro de Información Química (CINQUI). Experto en prevención, operaciones, atención de emergencias y desastres con Materiales Peligrosos y Armas de Destrucción Masiva (Hazmat CBRNe – WMD). Durante muchos años viene desarrollando la Coordinación Regional de Especialistas en Respuestas a Emergencias MATPEL – NBQRe para la creación de lineamientos internacionales, validación de especialistas y expertos, ejecución de actividades de entrenamiento tanto en Perú como en los países de Latinoamérica y el Caribe.

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