Por Sr. Ezequiel Germán Ruiz, Oficial Principal, Policía Federal Argentina.
Este artículo tiene por objeto concienciar sobre la necesidad de que, dentro de la gestión multidisciplinaria de una escena del crimen o lugar del hecho, se considere una herramienta hasta ahora no explotada la determinación en el lugar de una escena del crimen de la presencia de material radioactivo o nuclear. Al escuchar los términos radiológico y nuclear, automáticamente uno se remonta a eventos adversos de gran magnitud que ocurrieron en el pasado o, peor aún para las fuerzas de seguridad, se asocian a una baja probabilidad de ocurrencia de que se encuentre material radioactivo en un escenario, por lo que no sólo pasamos a desechar posibles pruebas de gran valor sino que los peritos pueden estar expuestos a un peligro potencial para su salud y nunca haberse percatado de tal.
Qué son las radiaciones ionizantes
Cuando hablamos de materiales radioactivos, hacemos referencia a cualquier sustancia, en cualquier estado de agregación, que es capaz de emitir radiaciones ionizantes. Cabe mencionar que estas sustancias radioactivas pueden tener origen natural con los cuales convivimos desde nuestra existencia, y otros que son de origen artificial. Las radiaciones ionizantes pueden ser corpusculares como las Alfa, Beta+, Beta- y Neutrones, o electromagnéticas como la Gamma y los Rayos X. Estas sustancias conforman fuentes radioactivas y muchas de éstas son usadas para innumerables usos pacíficos, tanto en el campo de la investigación, industrial, generación de energía y salud, y también existe el uso doloso como en el atentado contra el ex espía ruso en Londres Alexander Litvinenko, o en la utilización de un dispositivo de dispersión radiológica o de exposición radiológica, conocidos como DDR y DER respectivamente. En el año 2017 en Argentina, ocurrió un caso de incorporación de material radioactivo en una Central Nuclear, donde la Policía Federal Argentina realizó pericias determinantes en la causa judicial.
Las exposiciones de las personas a las radiaciones ionizantes pueden ocasionar dos tipos de efectos, los estocásticos (asociados a la probabilidad de que aparezca un efecto) y los determinísticos que aparecen luego de umbral de dosis y el efecto puede observase clínicamente. El uso del material radioactivo y nuclear está regulado desde la protección radiológica como también en la seguridad física. En la Argentina, el órgano de contralor es la Autoridad Regulatoria Nuclear, que depende de la Presidencia de Nación.
La irradiación o exposición externa, son en esta temática, sinónimos para la situación de que una persona u objeto esté un campo de radiación. Cuando hablamos de contaminación radioactiva, decimos que hay radioisótopos en un lugar donde no se desea. Esta contaminación puede ser externa, cuando hay material depositado sobre una persona, ropas, objetos, etcétera. Otro escenario posible es el de contaminación interna, dada cuando una persona incorpora el material radioactivo por alguna de las vías de ingreso del organismo.
Los principios básicos de protección radiológica ante la irradiación externa son el tiempo de exposición, la distancia a la fuente y el blindaje. Con respecto a las medidas que se pueden tomar para evitar la contaminación en la escena del hecho, las misma radican en una selección y uso adecuado de los elementos de protección personal y el llevar a cabo buenos procedimientos y hábitos de trabajo.
Cómo ser alertado de un riesgo radiológico
Mencionaremos las principales situaciones donde los funcionarios responsables de las pericias y de la investigación de un hecho, podrían estar expuestos a radiaciones ionizantes. El primero puede ser el más evidente, pero a veces la subestimación por parte de las fuerzas de seguridad puede desencadenar en una mala evaluación de los peligros presentes. Me refiero al uso que tiene el inmueble en donde se deba hacer un allanamiento, levantar rastros, etcétera. Pensemos en las veces en que se ha concurrido a industrias, hospitales, empresas de transporte de carga y sólo se han enfocado en las tareas que son inherentes a cada especialidad, pero se han desestimado la idea de que puede haber sustancias o equipos que estén emitiendo radiaciones ionizantes. Otros tipos de escenarios pueden ser los relacionados al robo o hurto de materiales o equipos radiológicos o nucleares, contrabando de material sensible o controlado, sospechas o indicios de actividad terrorista entre otros.
Antes de ingresar a cualquier escena, debemos hacer una evaluación integral de los peligros y riesgos a que se expondrán durante el trabajo, con una mirada que va desde lo general a particular. Un buen cuestionamiento lógico sería: Si las radiaciones no se perciben, ¿cómo podría reconocer que estoy ante un riesgo radiológico?
La respuesta comenzó unos renglones más arriba, considerando el uso del lugar, la información surgida de la investigación previa y por última estando alerta a los elementos encontrados en la escena:
- Trébol característico del riesgo radiológico.
- Equipos detectores de radiación y elementos de protección personal, placas o contenedores de plomoo aluminio.
- Equipos o envases metálicos sumergidos en recipientes con agua.
Ante la sospecha o indicios de que se encuentren fuentes radiactivas en el lugar, se debería solicitar la concurrencia de especialistas para que puedan confirmarlo o desestimarlo, y de ser así brindar la seguridad al equipo de peritos y fuerzas intervinientes. Estos especialistas pueden solicitarse a las autoridades regulatorias, agencias de investigación, entre otras. En el caso de Argentina, la Policía Federal Argentina cuenta con la División Riesgo Radiológico y Nuclear cuyos orígenes se remontan al año 1979 y posee profesionales y equipos de monitoreo, detección e identificación de radionucleidos, que pueden brindar el apoyo necesario a los intervinientes. Esta especialidad, es una fortaleza característica de la institución, que no poseen otras fuerzas de seguridad en el país. Tal como se menciona en la publicación PUB1672 de la Agencia Internacional de Energía Atómica, una escena del crimen con material radiológico y nuclear difiere de otras porque debe controlarse el tiempo de permanencia, la distancia que deban establecerse entre las pruebas contaminadas por radionucleidos y la persona que las recoge, el blindaje radiológico entre las pruebas y la persona que las recoge, la posible contaminación por radionucleidos y la exposición individual a la radiación.
Una vez convocados los especialistas, éstos realizarán un monitoreo radiológico desde un punto donde se registren valores de la radiación natural de fondo. Luego procederán a realizar un marcado de puntos con valores de tasas de dosis siguiendo un criterio de seguridad, a fin de determinar zonas y puntos calientes para poder tomar las medidas de radioprotección más conveniente para cada caso.
Obviamente el proceso presentado aquí es bastante escueto, y no tiene otro objeto que llevar una idea de cómo hacer una determinación de contaminación radioactiva en el lugar de la escena. Al confirmar la presencia de material radioactivo, deberá establecerse entre otras cosas, un control de accesos y un puesto de monitoreo del personal que ingrese, como así también de las herramientas que hayan sido utilizadas.
Los métodos de medición de contaminación superficial en pueden se directos o indirectos.
Monitoreo directo
Este método consta en realizar una medición de la contaminación superficial con un equipo de detección apto para tal fin. De no conocerse el tipo de emisor, el quipo debería ser capaz de detectar tanto las radiaciones gamma, como las betas y las alfa, y en lo posible, tener la posibilidad de discriminar entre estas. Se selecciona el detector adecuado, el cual debe estar calibrado, se verifica el estado de las baterías, se hace un chequeo de prueba con una fuente radioactiva conocida, y luego se hace el registro del valor de radiación de fondo. Seguidamente se pasará el equipo a una distancia de 1 cm entre la superficie de la sonda y la superficie a examinar, con el objeto de que el proceso sea lo más eficiente, el detector se pasará lentamente por la superficie y en zig-zag. Si se detecta contaminación, se deberá posicionar el equipo sobre esos puntos calientes y registrar las mediciones obtenidas.
Monitoreo indirecto
Para este tipo de metodología, se llevará a cabo un frotis del área de interés u objeto. Este método es recomendado para superficies donde no puede accederse con un detector portátil o se quiere determinar la contaminación en un objeto de forma irregular. El frotis deberá realizar con un disco de papel de celulosa6
o de algodón. Se seleccionará el área a monitorear, por lo general se selecciona un área de 30 x 30 centímetros, no obstante, dependerá de la escena y la evaluación del experto. Por último, se medirá el material utilizado en el frotis en un detector portátil en el lugar, o puede remitirse a un laboratorio para su medición. La remisión de muestras y materiales contaminados, deben cumplir con las normas de seguridad y de transporte que correspondan, las cuales no se abordarán en el presente.
Interpretación de los resultados
Estos deberán ser evaluado por el experto, ya que dependerá de muchos factores. Por ejemplo, si se trata de una escena del crimen en un ambiente laboral donde se manipula materiales radioactivos o no. Cabe mencionar, que muchos materiales o sustancias radioactivas o nucleares, pueden tener características propias, denominadas “firmas”, que permiten trazabilidad y establecer su procedencia.
Conclusiones
El riesgo radiológico y nuclear muchas veces es subestimado o directamente desconsiderado, quizás por la baja tasa de ocurrencia o por falta de información. La determinación rápida de la presencia de un campo de radiación o de contaminación radioactiva en una escena del hecho, es una actividad que debe ser realizada por un especialista y los resultados darán en primer medida seguridad a los interventores y al equipo de peritos. A su vez, podrán realizarse tomas de muestras, secuestro de objetos contaminados y la descontaminación de estos en los casos en que no sea una acción contraria a la prueba, basándose en procedimientos aprobados y basándose en recomendaciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica y/o de la agencia de INTERPOL. Otro punto importante y que no se ha desarrollado en este artículo, es el registro de los datos obtenidos en los distintos puntos de monitoreo, la elaboración de un croquis con la ubicación de los valores obtenidos incluyendo los puntos calientes. Debe identificarse las áreas, muestras y los elementos secuestrados contaminados, y no debe dejarse de lado la cadena de custodia. Es necesario que las distintas áreas técnicas de las instituciones aumenten sus relaciones entre sí, conformando grupos multidisciplinarios complejos, cuya misión sea la seguridad de sus integrantes y la correcta gestión de la escena del crimen.
About the Author:
Principal Ezequiel Germán Ruiz se desempeña como Jefe de Servicios de la División Riesgo Radiológico y Nuclear de la Policía Federal Argentina.
Es Licenciado en Higiene y Seguridad en el Trabajo, con dos especializaciones en Protección Radiológica y Seguridad Nuclear. Cuenta con una basta experiencia operativa tanto en la especialidad, como así también como Oficial de Bomberos.
Es capacitador en la Policía Federal Argentina, como en otros organismos técnicos gubernamentales.